Videoarte contra el video corporativo experimental
La accesibildad masiva al video y la generación del mismo viene de la mano con el crecimiento y mejoramiento de las herramientas audiovisuales alojadas en los smartphones; sin embargo, existen y son claras las fronteras entre los tipos de video que se pueden generar.
Es posible abrir un debate y hacer una comparación entre el videoarte y el video corporativo experimental.
Ahora pareciera ser fácil tomar un celular y creer que se está haciendo un video corporativo, que al tener carencias técnicas y conceptuales es artístico y experimental, “Un video corporativo experimental”. Dando como resultado un extraordinario video Kitsch.
Preparémonos un buen café y abramos una ventana al debate de las fronteras entre videoarte vs video corporativo experimental.
El videoarte es un movimiento “artístico” que nace en 1963, muy a pesar de que la crítica de arte Avelina Lésper que lo coloca en el mismo costal que la instalación y performance, y lo nombra como: “el arte VIP la democracia de los estúpidos” en su Crítica Banana Obsession, publicada en su Blog Avelina Lésper . El videoarte pasa por el Fluxus y es amasado por los conceptos de grande figuras del mundo artístico como Beuys, Vostell y Paik.
El video corporativo es muy posible que naciera en 1955, cuando la BBC londinense, presentaba un video de grabación longitudinal que trataba sobre Vision Electronic Recording Apparatus.
Surgimiento del video corporativo experimental
El video corporativo experimental surge a la par de los lenguajes cinematográficos contemporáneas y sus vanguardias.
El concepto de lo experimental se va diferenciando de lo clásico en las narrativas, los recursos, canales y medios, siempre evolucionando desde la inquietud de los videastas, publicistas, mercadólogos, comunicólogos, productores y post productores.
El video corporativo experimental siempre es alcanzado por lo clásico obligándolo a experimentar en una frecuente necesidad por mantener su clasificación.
Las historias y los caminos de estos dos géneros del video han corrido tan de la mano como alejados, pero si la historia y la razón no nos falla, el distanciamiento mayor entre estos dos hermanos fue mucho antes de su nacimiento, en la mismísima Bauhaus.
Y aunque el video arte vende de alguna forma una idea corporativa, si tomamos la arista de que el arte contemporáneo también es comercio y el video corporativo experimental usa las herramientas y recursos del video arte, podemos encontrar extraordinarios ejemplos de los dos mundos, pero eso sí, ahora que tenemos una ligera noción de por dónde vagan el video arte y video corporativo experimental, podemos entender que la frase de “zapatero a sus zapatos” no sólo es para los zapateros.